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Resident Evil: Apocalypse

Tras el éxito de la película de W.S Anderson se decidió hacer esta segunda parte, contando para ello con la actriz que protagonizó «Resident Evil», Milla Jovovich. En esta ocasión Anderson firma el guión y deja la dirección a Alexander Witt, director de segunda unidad de películas como «Daredevil», «Piratas del caribe» o «The Italian Job».

Junto a la protagonista de «El quinto elemento» nos encontramos a Sienna Guillory («La máquina del tiempo») y a Oded Fehr («Gigoló») que juntos intentarán rescatar a la hija de un científico a cambio de que les guíe hacia la única vía de escape de la ciudad.

Recientemente ha habido otras películas con temática similar, como «veintiocho días después» y «Amanecer de los muertos». Respecto a ésta última tiene algunas secuencias parecidas, aunque sin la gracia y el acierto que producía en la película protagonizada por Sarah Polley.

«Resident Evil: Apocalipsis» nos mete de lleno en el caos que se produce en la ciudad tras extenderse el virus y Alexander Witt nos sume en un ritmo atronador tanto de planos por segundo como de golpes de sonido, haciendo que ni se puedan seguir las acciones ni disfrutar de la situación. Por otra parte utiliza a menudo distintas estéticas, desde pequeños ralentíes hasta cambiar el punto de vista (situándonos en la visión de las criaturas) cosa que hace que no lleguemos a meternos en la piel de los protagonistas ni de tomar conciencia del peligro que sufren.

La nota de humor intenta ponerla el personaje del delincuente afro americano, que si logra sacar alguna sonrisa entre tanto caos, pero que tampoco importa mucho.

En definitiva tras el buen recuerdo que me dejó la primera parte y tras pasarlo bien viendo la belleza de Milla poco más hay que decir de esta película en la que los zombies son bastante lentos, aparecen unos monstruos bastante curiosos, el super Némesis terminator y los perros infectados que configuran una película que deja bastante que desear. Y que en algunos momentos hace hincapié en ciertos aspectos críticos de la sociedad actual pero que no llega a desarrollar ni rematar.

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Hipnos

El debut de David Carrera Solé es una película que combina el thriller con el terror, acercándose a títulos como «Los sin nombre» o «Darkness», pero el resultado es muy desconcertante.

Basada en la novela homónima de Javier Azpeitia, nos cuenta como una joven psiquiatra, interpretada por Cristina Brondo («Diario de una becaria», «Una casa de locos»), llega a un novedoso y solitario sanatorio en el que deberá atender varios casos.

La película juega mucho con la atmósfera que crea a través de las imágenes y especialmente de la música y efectos sonoros. Táctica que resulta, aunque a veces se nota artificial.

El montaje de Frank Gutierrez («En la ciudad», «Lo mejor que le puede pasar a un cruasán») nos hace más confusa la película, algo que quiere el director, ya que juega con las voces en off, con sueños, visiones de cosas que realmente no ocurren, flashes y montajes de planos muy cortos en el tiempo.

Cristina Brondo, uno de los atractivos, realiza una interpretación irregular, debido también al guión, pero en algunos momentos logra expresar y nos hace comprender lo que está sintiendo, aunque en otros momentos solo la vemos pasearse. Un actor a destacar es el mejicano Demian Bichir («Sin noticias de Dios», «Santitos») que encarna a Miguel, uno de los enfermos del centro, que realiza un trabajo muy interesante.

En definitiva «Hipnos» es una película irregular, que acaba por confundir a la mayoría de los espectadores, con una estética interesante, y con algunos momentos de tensión y bien logrados pero que no logran sacar adelante lo que en el trailer parecía algo sugestivo.

La parte positiva es que poco a poco se van realizando incursiones en este género, por lo que tenemos la esperanza de que se vaya mejorando y acabemos haciendo buenas películas.

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Cuestión de pelotas

El debut de Rawson Marshall Thurber es una comedia con el especialista del género Ben Stiller (Algo pasa con Mary) como protagonista y productor.

Cualquier espectador que vaya a ver esta película saldrá contento, ya que no se le va a engañar, ni se va a encontrar cosas diferentes a las que se ven en el trailer. Es una comedia gamberra, con tópicos, con algunos diálogos absurdos y con grandes cameos (no quiero desvelarlos). Las risas están garantizadas y más aun con el aspecto que luce Ben Stiller, que ya solo con verle hace que sonrías. El resto del reparto con Vince Vaughn («Aquellas juergas universitarias») y otros rostros conocidos, entre los que destaca Rip Torn («Hombres de negro») hacen muy llevadera la hora y media de metraje.

La película muestra las distintas perspectivas y actitudes de Stiller y Vaughn, cada uno con un gimnasio pero con una filosofía muy distinta. Stiller profesa el culto al cuerpo, la perfección, la utilización de los quirófanos etc, mientras que Vaughn se muestra como un tipo amable, que nos da el consejo de que cada uno tiene que estar contento como es, que hagan deporte para estar más sanos y encontrarse mejor, pero con calma, sin obsesionarse etc. Algo que se debería publicitar más en todos los medios, ya que las obsesiones por llegar a la perfección no son buenas para nadie.

Destacaría la dirección artística: ya que los uniformes de los distintos equipos, el aspecto de los dos gimnasios, las distintas casas… son muy diferentes y muy interesantes.
«Cuestión de pelotas» es un claro ejemplo del nuevo estilo de comedia americana, popularizado por los Hermanos Farrelly («Amor ciego», «Yo, yo mismo e Irene») que poco tienen que ver con las grandes comedias clásicas («Historias de Filadelfia», «La fiera de mi niña», «Arsénico por compasión»).

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El despertar

Las películas en las cuales el protagonista se puede mover en el presente y en el pasado siempre parten con un problema de guión, y con el pensamiento de que si interferimos en el pasado obtendremos consecuencias en el futuro.

Esto es lo que intenta Simon Cable, Ryan Phillippe («Gosford Park», «Sé lo que hicisteis el último verano») que tras despertarse en un hospital no recuerda nada de los últimos dos años y va intentando averiguar que es lo que ha ocurrido con su hermano, con su mujer y con su amante. En otro momento se despierta en el mismo hospital pero dos años antes y la confusión y el desconcierto se apodera de él, ya que intenta reconstruir el puzzle de su mente e intentar evitar la muerte de su hermano, la cual desconocía. El final de la película es coherente con lo que sucede ya que de otro modo no se podría explicar demasiado bien, pero recuerda en exceso a una conocida producción que no voy a nombrar para no desvelar nada.

Roland Suso Ritcher («Un túnel hacia la libertad») dirige esta producción en la que nos encontramos a Ryan Phillippe, Piper Perabo («El bar coyote»), Sarah Polley («Mi vida sin mi») y Stephen Rea («Juego de lágrimas») entre los protagonistas. Hay que decir que en el trabajo actoral no hay grandes interpretaciones y que el único papel con un poco de doble juego es el de Piper Perabo a la cual vemos en su faceta de enfermera tímida y en otro más agresiva aunque esto no es garantía.

Michael Cooney adapta su propia novela «Point of death» en la que nos traslada junto al protagonista, intentando encajar las piezas y estando a su altura y nivel de conocimientos en lo que es una búsqueda de la verdad. Un aspecto a destacar es la música de Nicholas Pike.

En fin, que «El Despertar» es una película interesante en la que se mezcla presente y pasado, en la que descubrimos lo ocurrido al final de la misma y que puede sorprender, pero no pasará a la historia del cine, como la mayoría de las películas actuales.

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