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Así se titula la nueva película de John McTiernan («La jungla de cristal», «Depredador», «El guerrero número 13″, «Rollerball») en esta ocasión la historia transcurre en Panamá, donde un grupo de Rangers han ido a hacer unos ejercicios y solo han regresado dos de sus integrantes con vida.

Uno de ellos en perfecto estado (Brian Van Holt) y otro con un tiro en el cuerpo (Giovanni Ribisi). La misión de descubrir que ha ocurrido recae en la teniente Osborne interpretada por Connie Nielsen («Gladiador») pero el interrogado se niega a hablar con cualquiera a no ser que venga un Ranger de fuera de la base, por lo que llaman a John Travolta como favor personal, ya que es uno de los mejores interrogadores que hay. Ex Ranger y ahora agente de la D.E.A, suspendido e investigado por aceptar supuestos sobornos, acepta encargarse de la investigación junto a la teniente Osborne, con quien flirteará.

La película comienza bien, mostrándonos el punto de vista de los 2 supervivientes y las posibles hipótesis de lo acontecido, haciendo que el espectador vaya decidiendo quien dice la verdad o que haría si se encontrase en la situación del bunker de Panamá.

Lo mejor de este inicio es ver al Sargento Nathan West interpretado por Samuel L. Jackson dando instrucciones y haciendo a sus discípulos pensar en porque se metieron en eso, en especial a Taye Diggs («Go!», «Chicago»). En estos momentos me iba recordando a «Sospechosos habituales», pero se acabó el parecido, aquí James Vanderbilt (guionista) comienza a dar giros al argumento hasta llegar a marear al espectador más atento. Como consecuencia, la película se resiente bastante y lo que había comenzado bien, acaba bastante mal.

En el trabajo actoral solo destacaría a Samuel L. Jackson y a Taye Diggs (cada vez más en alza y con un futuro bastante prometedor). Giovanni Ribisi roza la sobreactuación como el soldadito débil y el resto de las interpretaciones no destacan, ya que tampoco hay personajes como para ello.

Es una película con trampa y engañosa para el espectador, que tras verla puede que esté un rato dándole vueltas, pero que a las tres horas se le habrá olvidado con facilidad.