La nueva película de Takashi Miike nos llega a rebufo de la masificación del género que inició «The Ring» de Hideo Nakata.
Particularmente soy un gran aficionado al género fantástico y de terror pero excepto la citada «pionera», el resto de películas orientales («Dark Water», «La maldición», «The Eye»…) me defraudaron bastante, porque son un lenguaje distinto, una mentalidad distinta que creo no encaja demasiado entre nosotros, pese a que las citadas películas hayan tenido buena aceptación en taquilla. Y para colmo ahora están con los remakes, aunque el dirigido por Gore Verbinski estuvo bien, el próximo estreno titulado El grito, no creo que tenga tanta suerte.
Centrándonos en «Llamada perdida», el director de «Audition», nos presenta una historia que a priori podría ser interesante, pero que poco a poco se va diluyendo. Es curiosa la forma que tiene la gente de aceptar y de interpretar las cosas, puesto que en la sala se oían bastantes carcajadas, y debo de decir que en ciertos momentos eran justificadas, como al final de la película con el caramelo, aunque no creo que Miike pretendiese ese efecto, pero a saber…
Es una película sin mucha pretensión, alternando secuencias que por lo visto anteriormente, le hubiese gustado incrementar en violencia y excentricidad, pero que para las salas comerciales no son recomendables, y con algunos toques de humor como la secuencia del programa de televisión así como cierta crítica, mostrando lo que son capaces de hacer las cadenas por tener un poco más de share en la programación.
En definitiva, la propuesta de Takashi Miike no hace más que engrosar la lista de películas orientales, que la verdad no vamos a recordar, pero que volveremos a ver en una futura versión americana.
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