Crítica de «Enemigos públicos»

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La nueva y esperada película de Michael Mann nos ofrece, a priori, unos ingredientes muy interesantes y atractivos pero parece ser que pese a ello no le ha quedado un producto redondo.

Gangsters, Johnny Depp contra Christian Bale, Marion Cotillard y la historia de John Dillinger hacían preveer un espectáculo de grandes dimensiones, y sí, la película es grande, pero en metraje.

Michael Mann es un director que ha conseguido una fama justificada gracias a sus anteriores, y magníficas, películas pero que no acaba de remontar el vuelo. Atrás quedan esas grandes producciones como «Heat» y «El último mohicano«.

Lo que sigue manteniendo es la atmósfera digital, la cual es muy protagonista en la película que nos ocupa, y que en vez de favorecer, a mi modo de ver, resta credibilidad.

La historia y el personaje de John Dillinger son lo suficientemente potentes para arrastrarnos a las salas de cine, y más si está protagonizado por uno de los actores más carismáticos del cine actual como es Johnny Depp. Lo que pasa es que el desarrollo se hace ligeramente largo y pesado.  Pese a todo ello, «Enemigos públicos» contiene grandes secuencias y momentos que no la hacen pasar desapercibida y que merecen nuestro visionado.

Marion Cotillard es un claro ejemplo. La actriz francesa interpreta a la novia del famoso delincuente, otorgándonos una interpretación sobria y convincente. Johnny Depp también está muy correcto. Hay quién la tacha de su mejor interpretación, con lo que no estoy de acuerdo. Christian Bale asume el papel de antagonista, con un personaje frío que no deja mucho a la vista. Billy Cudrud es otro de los nombres propios de la película, interpretando magistralmente a J. Edgar Hoover.

Sorprende la cantidad de «cameos» de actores famosos como son Lili Taylor, Stephen Dorff, Shawn Hatosy y un largo etcétera.

La puesta en escena, y demás apartados técnicos, logran ambientar y recrear la América de los años treinta con gran verosimilitud.

En resumen, «Enemigos públicos» es una original propuesta que nos acerca a la vida de John Dillinger, de la mano de un gran director como es Michael Mann. Lo que ocurre es que no acaba de dar la puntilla logrando así una película que no consigue sobresalir en exceso.

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