Crítica de Apocalypto
Mel Gibson vuelve a darnos una lección de cine, en este caso con «Apocalypto«. A este actor y director australiano, se le pueden achacar muchas cosas, pero lo que nadie le puede negar es su talento detrás de las cámaras. Es uno de los mejores narradores que nos podemos encontrar actualmente, y sus imágenes tienen una fuerza asombrosa.
Si en su anterior propuesta nos reveló la Pasión de Cristo, y cómo era la vida en esa época, ahora nos muestra la cultura maya.
Visualmente es espectacular, y hay que agradecer que haya rodado en escenarios naturales, pudiéndonos mostrar así de forma más creíble los avatares de esta civilización.
Rodada en maya, y llegando a las pantallas sin doblar, «Apocalypto« nos envuelve desde los primeros fotogramas en un mundo fantástico, en el que se nos van presentando los distintos personajes, y en el que nos transmiten el mensaje de que con miedo no se va a ningún lado. El miedo es una enfermedad, que corroe por dentro y con la que no se puede vivir. Algo que tendrá que tener en cuenta nuestro protagonista, si quiere poder continuar disfrutando de su existencia.
Tras este inicio, se nos presenta a la otra civilización, con los que estaremos el resto del metraje.
Viajes, esclavos, profecías, sacrificios y por último, la supervivencia.
Gibson nos muestra un final de película asombroso y trepidante. Un rodaje muy físico, donde apenas hay diálogos y que nos introduce de lleno en la jungla, mostrándonos las capacidades y los límites del ser humano a la hora de sobrevivir.
Hay varios mensajes que se pueden sacar, desde que nos hace falta un Dios para guiarnos y tomar un rumbo adecuado, a que el mal está entre nosotros y que debemos de vencerlo apoyándonos y ayudándonos en familia. También está la cita con la que se abre la película, que nos dice que cualquier gran civilización no sucumbe por un poder exterior sino porque anteriormente se ha destruido por dentro.
Habrá gente que saque otras interpretaciones, pero lo principal es que Gibson nos cuenta una historia, y de una manera asombrosa. Tiene momentos fuertes, al igual que en «La Pasión de Cristo« que nos muestran lo duro y lo sanguinarios que eran en esa época.
Por último, hay una imagen brutal (y no por violencia) que tiene lugar al final de la película y que obviamente no voy a destripar.
«Apocalypto« hará las delicias de todos aquellos amantes de las emociones fuertes y del buen cine.