mayo 2006

La nueva entrega de las aventuras de estos idolatrados mutantes viene capitaneada por Brett Ratner (Hora Punta, El dragón rojo) en detrimento de Bryan Singer, director de las dos películas anteriores y que ha cambiado de superhéroe al encargarse de Superman Returns.

El resultado, a mi modo de ver, es una película inferior a las dos entregas previas, en la que Ratner se ha centrado más en dar espectáculo que en profundizar en los personajes. Pese a ello X-Men: La decisión final, tiene un contenido social y político muy interesante, y que no deja de estar de actualidad.

La acción se basa en que se ha encontrado la cura al problema de la mutación, por lo que cualquiera que tenga esa anomalía puede pasar a ser «normal». Por supuesto a este descubrimiento le salen partidarios y detractores. Entre estos últimos, aparecen Magneto y sus secuaces, los cuales alegan que no debe de haber cura, puesto que no hay enfermedad, y que en todo caso ellos son la cura.

Con este planteamiento uno puede discernir que es lo que va a ocurrir, pero pese a ello no deja de haber algunas sorpresas y partes interesantes, como ver el aspecto más humando de Logan (Lobezno) que hará lo que sea por volver a conducir a Jean Grey al lado de los buenos, ya que está convertida en Fénix y es un peligro para la humanidad, incluidos los mutantes contrarios a la causa de Magneto.

Lo mejor de la película son sus batallas, algo que muchos aficionados agradecerán, sobre todo los que vayan en búsqueda de espectáculo, ya que por lógica es lo que buscan los espectadores que se acercan a este tipo de films.
Dentro de estas batallas destaca el nuevo armamento que usa el ejército para intentar detenerlos.

Un punto que ha creado algo de polémica son los nuevos personajes que aparecen, ya que se han cambiado bastante al adaptar los cómics y porque algunas participaciones son efímeras. Entre los que tienen un papel destacado está Bestia, encarnado por Kelsey Grammer, (el fantástico Doctor Frasier y habitual de Cheers) y también está la joven protagonista de Hard Candy, Ellen Page, así como los habituales Famke Janssen, Hugh Jackman, Sir Ian Mckellen y Halle Berry, a la cual han incrementado su participación debido a sus quejas.

En definitiva Brett Ratner toma con buen pulso la saga, aunque el guión en algunos casos no le ayuda demasiado, y nos prepara para una más que probable cuarta entrega, pese a que haya en proyecto películas como Lobezno, y algunos de sus protagonistas digan que no creen que vaya a haber una nueva aventura de la Patrulla X.

Nueva entrega de las aventuras de Ethan Hunt esta vez capitaneada por J.J. Abrams, el creador de Alias y la gran revolución televisiva: Perdidos.
La propuesta parece interesante ya que acompañando al incombustible Tom Cruise, están el oscarizado Philip Seymour Hoffman, Jonathan Rhys Meyers, Ving Rhames, Keri Russell y Laurence Fishburne entre otros.
En esta ocasión podemos entender más los entresijos y problemas que conlleva ser un agente del FMI, ya que compaginar vida profesional y personal es muy complicado, tal y como comprobaremos en esta delirante y muy interesante tercera parte.
La acción es el punto en común de las tres entregas, pero en esta ocasión se han combinado de manera muy gratificante las secuencias de acción física y espectacular con otras más minimalistas en las que el diálogo y los sentimientos priman.
He de decir que en la primera parte de la película estás pegado a la butaca asombrado ante lo que está sucediendo y no es hasta la segunda parte en la que ya comienzas a distanciarte un poco y a comprender las fantasmadas que estás viendo que realiza un hombre, pero claro, cuando ese hombre es Tom Cruise, parece que son posibles.
J.J. Abrams aprueba su puesta a punto como director en un largometraje de estas características, con secuencias y actores muy bien dirigidos, que nos muestran algunos aspectos que hacen que esta película no pase desapercibida, ni que sea otra de las numerosas propuestas de acción y explosiones que tanto abundan en nuestras carteleras.
En definitiva una buena propuesta en la que nos sumergiremos en las profundidades de medio mundo, incluido el Vaticano, en la que los efectos especiales nos harán creernos lo imposible y en la que además de ver espectáculo, se hace incursión en la vida personal de unos personajes a los que un pequeño recurso Hitchcockniano les llevará de un lado para otro.

Vuelve la Serie B de la mano de James Gunn, un guionista que despuntó en la reciente Amanecer de los muertos, y de la que ha tomado algunas referencias para su ópera prima: «La Plaga«.

Carpenter, Cronenberg y el propio Romero son un manantial del que Gunn ha absorbido, cual monstruo de la película, para mostrarnos esta alineación que se produce, como buena película de género, en un típico pueblo de la América profunda, con los típicos personajes y el típico desarrollo. A su favor he de decir que se distancia un poco de todo ello, dando un toque de comicidad distinto y haciendo que los personajes, pese a no dejar de serlo, tengan comportamientos un poco diferentes.

El esquema es claro: un meteorito llega transportando una criatura extraterrestre que necesita de un cuerpo para poder propagarse. Tras ello una masiva legión de babosas alienígenas intentarán apoderarse del pueblo por medio de sus habitantes, entre los que están el jefe de policía y la bella protagonista para impedir que esto ocurra.

Sin duda uno de los platos fuertes son sus efectos especiales, en los que se mezclan los efectos digitales con los prostéticos, llegando a crear una atmósfera muy interesante.

En definitiva nadie va a encontrarse cosas innovadoras en una película que desde el inicio nos muestra su toque y su homenaje a la Serie B, por lo que los amantes de este género podrán disfrutar del espectáculo que nos propone Gunn.